Bio-bibliografía.

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La Línea, Cádiz, Spain
Ismael Cabezas nace en 1969 en La Línea de la Concepción (Cádiz), ciudad donde reside. Ha publicado algunos libros de poemas como "Paisaje para un ciego" (Fundación "Luis Ortega Brú", 2008), "Pisadas en la nieve sucia (Baile del Sol, 2014) y "Sutura" (Ediciones en Huida, 2015). Ha publicado poemas en revistas como "El coloquio de los perros", "Cuadeno Ático" y "Cuadernos de humo". Ha recibido diveros premios de poesía. Miembro del Instituto de Estudios Campogibraltareños. Imparte talleres de poesía en su ciudad de residencia.

martes, 28 de febrero de 2012

Bienvenidos.

La palabra exacta es el sitio web donde podrás adquirir poemarios de Ismael Cabezas, que al ser la mayoría, publicados por instituciones públicas, han contado con distribución a otras instituciones públicas, pero no a librerías. Podrás encontrar desde La herencia bastarda de los días (1999) a Paisaje para un ciego (2008), pasando por la plaquette Breve tratado de melancolía (2001). Pero La palabra exacta es más que un sitio web donde adquirir libros, es un espacio abierto de encuentro, de todos aquellos, que estamos heridos por el rayo que no cesa. 

lunes, 27 de febrero de 2012

¿Cómo comprar?

La forma de adquirir algunos de mis poemarios es muy sencilla. Una vez que has elegido el poemario que te interesa, debes de remitirme un correo electrónico a la dirección ismaelcabezasgonzalez@gmail.com, con el asunto Compra. En el correo debes de indicar tu nombre completo, tu dirección, y el título o títulos que deseas. Una vez que reciba tu correo, te confirmaré la disponibilidad del título, y deberás realizar un ingreso por el valor del libro más 3€ de gastos de envío, en una cuenta corriente que te facilitaré.

Una vez realizado el ingreso, se te enviará el poemario que hayas elegido por correo certificado. Esto supone que dispondrás de un código que facilita correos, para saber en todo momento, en que estado está tu envío.

Todos los poemarios se envían en un sobre acolchado que previene el deterioro del ejemplar por el manipulado de correos.

Si lo deseas, tu ejemplar puede ir dedicado, a ti, o a quien tú desees.

Si compras más de un título, los gastos de envío, siguen siendo los mismos, 3€.

Para cualquier duda, cuestión, o simplemente para ponerte en contacto conmigo, escríbeme a ismaelcabezasgonzalez@gmail.com.

domingo, 26 de febrero de 2012

Paisaje para un ciego (2008). Prólogo de Alberto Torés. Seleccionado para el Premio de la Crítica Andaluza 2009.96 pgs. Cartulina verjurada con solapas. 10€.




UNA DE LAS FORMAS DE LA TRISTEZA

Abandonaste el colegio a los doce años
y jamás has leído un poema,
ni echas un vistazo
al gris periódico grasiento
que yace arrugado en cualquier rincón,
-apenas vas siquiera al cine-
ni tienes aparato de radio
en tu habitación alquilada
del Hamilton Motel,
sólo sirves ginebra a vejestorios
borrachos que murmuran obscenidades,
y tu cuerpo delgado, de piel tal vez
en exceso blanquecina, se mueve ágil
entre las mesas, pisando el sucio serrín
húmedo de saliva de moribundo,
un reflejo de turbias aguas de pantano
tus ojos verdes que se deslizan
entre los vasos a medio acabar y las colillas
mal apagadas,
recuerdas a aquel personaje
que volvía loco a Bandini
en algunas novelas de Fante,
pero hay noches, en las oscuras
y torvas entrañas de la madrugada,
cuando apenas queda algún cliente
sentado en viejas sillas de mala madera,
que pago unas cuantas de tus copas de bourbon
y fumamos del mismo cigarrillo
y te hablo de un tipo griego que escribía
poemas sobre el paso del tiempo
Atenas y la belleza de los cuerpos jóvenes,
y tú me dices que una vez intentaste
abrirte las venas pero en vez de sangre
manaban tus muñecas sucios diamantes negros,
que tienes veinte años y te acuestas con cualquiera
y que la vida te parece algo extraño
como un pájaro con un ala rota
que sabe que jamás volverá a volar,
y te digo que hay franchutes
que llaman a eso angustia existencial,
pero que tan sólo son palabras en un libro,
y los libros, ya se sabe, de nada sirven
cuando un pájaro no puede volar.


POÉTICA

                 entre tantos fantasmas, y tan solo
                 JUAN COBO WILKINS

                Deja que los demás discutan acerca de mi dolor
                mi dolor es ahora de dominio público
                MALCOM LOWRY

Hombres que regresan con la camisa sudada
a una habitación de alquiler donde nadie les espera
y tras la voz automática y el breve sonido de la señal
sólo aguarda una vez más el horror del silencio,
lágrimas de una delgada chica adolescente
que espera sentada en una incómoda silla
de plástico blanco vencida por el peso
de tantos que esperaron antes igual que ella,
iluminada por la luz espectral de la muerte,
esa luz tan blanca de los hospitales y los tanatorios,
la madre con ropas de domingo que visita
al hijo que ha sido derrotado por la vida
besado por sucios y fríos labios de plata,
se sienta en el borde de la cama
y acaricia con sus suaves dedos el espeso cabello negro,
oscuro como la más antigua melancolía,
el cigarrillo que la camarera enciende
tras su último turno en la madrugada de febrero
antes de subir a su vieja motocicleta,
la soga deshecha de los ahorcados
como una negra amapola que ha sido deshojada,
los ajados y amarillentos cuadernos
olvidados en un viejo cajón que ya nadie abre
donde trazaste tus primeras letras
y escribiste por primera vez tu nombre,
esos maderos podridos
en las aguas negras de la noche,
son las palabras, la poesía.


JANUARY, POWER AND LIES

Varias chicas musulmanas enfundadas en abrigos
en la turbia oscuridad de enero,
el velo recorta las facciones en extremo blancas
y define contra el aire húmedo la belleza,
diversas técnicas literarias, el cut and paste de Burroughs,
el verso en extremo largo y la hipotaxis de Ashbery,
especialmente en sus Three Poems de 1972,
alguien solloza al otro lado del teléfono,
la voz entrecortada, susurra que anule el pedido,
su madre ha muerto, y el silencio se teje
de absurdas y vulgares palabras de condolencia,
poetas que hablan de la ciudad y de Machado,
que escriben variaciones sobre poemas de Pablo Neruda,
releo los míos escritos hace casi diez años
y apenas me reconozco,
como si una cuarentona con el pelo grasiento
me mirase desde mi obscena sombra
con una sonrisa de dientes podridos
dibujada con carmín barato de tiendas
abiertas las 24 horas,
y lees The man with the golden arm
y un anciano con manos amoratadas
por el frío te da un sucio billete de 20 €,
mira con ojos de quien ha visto la muerte
ya demasiadas veces,
la marca de la vía del suero en la vena
tiene ya más de diez años,
Where is my love ?









sábado, 25 de febrero de 2012

El otoño del solitario (2003). Prólogo de César Aldana. 35 pgs. Cartulina verjurada. Papel verjurado. 10€.




CREO QUE LA INSPIRACIÓN RESIDE EN EL DERECHO TRIBUTARIO


Algunos lectores me acusan
de reiteración en los temas,
una perniciosa obsesión por la poesía,
el amor, su búsqueda y pérdida,
los escritores suicidas, el paso del tiempo.
Es cierto. Qué le vamos a hacer.
Soy un hombre de pocos recursos
y enraizadas manías.
Al fin y al cabo,
qué más da si suelo dedicarme
en mañanas algo grisáceas
a retener en la mirada el gesto
de una joven que se acaricia el pelo
y la languidez de sus piernas
me hace sentir tristeza,
si las hojas de sauces cercanos
recuerdan a Miranda Richardson
en una hermosa película que adoro.

Cuánto importa, es la mujer que amo.
(Lejos, estudia con minuciosa dedicación,
los tonos dorados de un cuadro de Klimt).

Y nuestros cuerpos que no se aman
cada noche son el territorio de la muerte.



NOCHE FESTIVA DE DICIEMBRE


Llueve como en un poema
que escribí hace pocos meses.
Creo que dedicaré esta noche
a Shakespeare. Visionaré el Macbeth
de Orson Welles y Ricardo III
con un probable sobreactuado y empalagoso
                                                         Lawrence Oliver.
Las únicas personas con las que
me gustaría tomar una copa
están muertas o no disponibles.

(Y ese inmundo sentimiento de soledad
aun junto a los que año
y sé con certeza, que a su manera
también me aman).

La soledad de quien no conoce
el espanto de la soledad,
la soledad de aquel que teme
el horror y cieno de la soledad.



AUTORRETRATO


Una pose afectada de poeta,
de vanidoso escritor, patético
ángel de ojos de cristal sucio
que el mar arrojó a la playa
cuando eras un niño demasiado delgado.

(En realidad, tan sólo un cobarde
incapaz de enfrentarse a la vida
-duele demasiado-,
siempre con máscaras
utilizadas ya tantas veces,
refugiándose inútilmente en el arte,
en las palabras que traza: el poema).
Encantador neurótico con grave
tendencia al melodrama
que llora a escondidas por poseer
la dulce carne de cualquier mujer.

Amable personaje que presiente
un final un tanto escandaloso
teñido de la absurda valentía del suicida.

Extraño amante, que aguardó, en vano,
algún signo oculto del amor.

viernes, 24 de febrero de 2012

Breve tratado de melancolía (2001). Plaquette. Prólogo de Juan Manuel González. Premio Arte Joven de Poesía 2001 Ayuntamiento de Madrid. 9€





VARIACIÓN SOBRE UN POEMA DE JAIME GIL DE BIEDMA

                                            Y las cosas volvían al cauce que nunca habían abandonado
                                            JUAN GARCÍA HORTELANO

Cambias tu corte de pelo,
te haces el olvidadizo
cuando encuentras por casualidad
a los amigos de siempre,
-ahora buscas gentes de orden
buenas costumbres y vida reglada-,
y comienzas a beber
licores de extraños sabores
-por supuesto sin alcohol-,
te repites a ti mismo
como si de una letanía se tratara
estonopuedeservoyacambiardevida,
con firmeza crees que esta
vez será la definitiva,
para a las primeras de cambio
volver a frecuentar los bares de siempre,
bebiendo con ensimismamiento
algún vino o ron añejo
que evoca pechos de mulata
y viajes con poco equipaje,
deseando besar con fruición
y minucioso detalle la espalda
de esa veinteañera sentada a tu lado,
y acabar con la tristeza
acariciándote el pecho,
mientras continuas hablando
ya con las primeras luces del día,
de literatura, antiguas amantes,
y todos esos años que pasaron
casi sin advertirlo.



SILENCE IS ALL THAT I HAVE

La luz un poco sucia
de la mañana penetra
por las rendijas de esa persiana
de vieja madera carcomida
que nunca cerró bien del todo.
Ella tiene el rostro apoyado
en la almohada
todavía un poco húmeda:
ha llorado antes de hacer el amor.
Intenta retener el calor
del hombre y el suyo propio,
con tan sólo unas ligeras sábana.
Hace frío. Es noviembre.
A pocos pasos se encuentra
de pie, junto a la ventana,
casi desnudo aún;
observa detenidamente su perfil,
mientras escucha como lee
con voz cansada, pero digna,
un poema que ambos conocen
tal vez demasiado bien.
Y sonríe, un poco, casi no lo advierte.
Ama a ese hombre.



LA ESPIRAL EN LA HOJA

Nos enseñaron la fórmula
del carbonato cálcico,
las gestas del Cid,
leímos los "Milagros de nuestra Señora",
nunca nos hablaron del tacto
húmedo de la piel de una mujer,
ni del tono violáceo de los pezones
de aquellas jóvenes adolescentes,
más tarde estudié Derecho procesal,
pequeños libros rojos de códigos,
decretos, reglamentos, anexos y disposiciones finales,
pero nadie, en ningún momento
habló por un instante siquiera
del peso en mi costado
de todos esos días de dolor,
ni de la oscura fragancia,
negras violetas podridas de la muerte,
aprendí a realizar asientos contables
y enseñé inglés y algo de literatura
a cambio de algunos escasos billetes,
mas nadie mencionó el horror del tiempo
el espanto del lecho vacío,
la inmensa frialdad que abarcan mis manos.

La herencia bastarda de los días (1999). Prólogo de Juan Gómez Macías. 57 pgs. Cartulina verjurada con solapas. 10€.




                 IV

No suelen ser frecuentes
estos atardeceres de luz anaranjada,
que se apoderan de mi habitación
como si el mundo entero
en llamas ardiera
y debiésemos darnos el último beso.
Deseo con cierto pudor
-todo sea dicho-
escribir un poema sobre tu cuerpo
observarlo tendido en reposo,
reflexionar acerca de que partes
son más adecuadas para ciertas palabras,
ladear ligeramente tu cabeza,
escribir tal vez existencia
en unos muslos que desconozco,
bordear tus pechos
con la palabra tristeza,
restando su tersura
un poco de melancolía, 
tomar tu espalda con sagrado temor
con temblorosas letras escribir
tal vez esperanza o amor mío,
dejar que las palabras 
se fundan con tu cuerpo,
para no ser capaz de distinguir
donde acaba el poema 
y empieza tu carne.



DECLARACIÓN
                      
                      su mentirosa vida de verdades
                      OCTAVIO PAZ

Con la mísera posesión
de unas mentiras que están
llenas de verdad,
palabras que evocan el beso
de unos labios de niebla,
afirmando la inmensidad
de mi derrota,
y un puñado de viejas
metáforas gastadas por el uso,
intento vanamente construir
una sucia y burda farsa,
eso que llaman poesía.



ELUCUBRACIONES SOBRE LA AMADA
EN UNA TARDE DE INCIPIENTE VERANO

En ciertas tardes de junio,
cuando el viento comienza
levemente a arder,
y las ropas se tornan ínfimas,
entristeciéndose la mirada
con la blancura
de las piernas invernales,
discurro demenciales argucias,
llamarte de madrugada
sin motivo alguno,
cuando tu cuerpo desnudo
reposa inquieto bajo
unas ligeras sábanas,
que inútilmente intentan
ocultar tus nalgas,
o evoco para mi infortunio
el leve, casi imperceptible,
temblor de tus pechos 
al caminar,
o esa sonrisa estúpida
y hermosa a un tiempo,
que esbozas
cuando has bebido
un poco de más,
elucubrando sobre el color
pálido de tus bragas,
mientras me hablabas
y te ponías los vaqueros,
después de habernos amado
solamente
en la inmensidad de la nada.